miércoles, 15 de octubre de 2014

LECTURA RECOMENDADA

William Golding, El señor de las moscas    

     El mundo en guerra, un accidente aéreo, una isla desierta, unos niños forzados a convivir y a crear las relaciones de su propia sociedad ¿Puede considerarse a la educación como la red  que limita la violencia natural del ser humano o puede llegar a ser su desencadenante? Emotiva y estremecedora. Un final impactante para una novela que remueve interiormente.

   

      El movimiento se hizo rítmico al perder el cántico su superficial animación original y empezar a latir como un pulso firme. Roger abandonó su papel para convertirse en cazador, dejando ocioso el centro del circo. Algunos de los pequeños formaron su propio círculo, y los círculos complementarios giraron una y otra vez, como si aquella repetición trajese la salvación consigo. Era el aliento y el latido de un solo organismo.

           El oscuro cielo se vio rasgado por una flecha azul y blanca. Un instante después el estallido caía sobre ellos como el golpe de un látigo gigantesco.

El cántico se elevó en tono de agonía.

-¡Mata a la fiera! ¡Córtale el cuello! ¡Derrama su sangre!

Surgió entonces del terror un nuevo deseo, denso, urgente, ciego.

-¡Mata a la fiera! ¡Córtale el cuello! ¡Derrama su sangre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario